-séptima temporada-

sábado, 7 de septiembre de 2013

en el seminario

hoy empecé a cursar un seminario con Ella, la super profesora estrella de la bibliografía de lo que algún día será mi tesis doctoral. Tiene 75 años y cuando escribe en el pizarrón le tiemblan las manos. Pero es rubia, alta y elegante y te da un poquito de miedo, como una enfermera alemana que entra sin golpear. Quiero caerle bien así me ayuda con mi investigación. Nos preguntó uno por uno en qué trabajábamos, mis compañeros apenas lograban tartamudear antes de que ella interrumpiera y se burlara de sus proyectos. Cuando yo le conté mi tema, me respondió "no sé qué hacés acá". A un chico que estudia Gramsci y tiene una sola ceja le sonó el celular durante una explicación y Ella lo increpó: "por qué no lo tirás a la basura". Para que borremos el pizarrón o cerremos la puerta señala con el dedo en silencio sin levantar la vista. Alguien corre y lo hace. 
Después, una muy perspicaz compañera explicó orgullosa su plan de tesis sobre Punto de vista y el proceso de transición democrática. Ella esperó sonriendo que terminara de hablar y le preguntó: "O sea que vos vas a escribir 500 páginas para contarnos que son unos malditos traidores socialdemócratas?".  Mi compañera quedó un poco descolocada: -Y... sí, je. Pasó al siguiente.
La semana que viene tengo que leer mi proyecto y exponerlo. Al final de la clase advirtió: "A los más grandes les digo -porque ya sé que a ustedes los jóvenes no les importa nada- impriman los trabajos y léanlos en papel".
Estoy pensando qué personalidad de alumna voy a elegir para ganarme su aprecio. Es tan formidable ella, dominatriz de la sociología de la cultura argentina. Quiero ser su favorita

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